sábado, 2 de julio de 2011

Asunción

Asunción se despidió como lo hacía todos los días. Caminó en la misma dirección que caminaba todas las tardes. Cenó con el mismo apetito con que cenaba todas las noches y se perdió en la misma soledad en donde se ocultaban todos sus sueños. Asunción estuvo lista en la madrugada, como lo hacía todas las mañanas.