Mientras Saramago recuerda hoy la muerte de Antonio Machado y con el, todos los horrores sufridos en la guerra civil española, el presidente del PPD, Héctor Ferrer, tilda de heroica las acciones de un soldado, que fusil en mano, entró a proclamar la llegada de Franco a las cortes.
Por un momento me sedujo el título de la columna “El PPD y el español de fusil” porque pensé que era cierto tipo de afirmación del vernáculo. Me equivoque. Ferrer usa la historia para distanciarse de las políticas de a-dios-rogando-y-con-el-mazo-dando recomendadas por algunos. Sin embargo, no deja de ser escandaloso el ejemplo usado. Es cierto que el PPD está pasando por uno de los peores momentos de su historia y eso se debe a que se le acabó la gasolina al populismo de Muñoz, o tal vez no. Tal vez fue que el PNP empezó a hablar una lengua afín – en dos idiomas al mismo tiempo. Por lo que sea, hubiese sido mejor una anécdota de Washington o alguno de esos cocorotes de los USA antes que alabar al “generalísimo”.
Según Ferrer, la historia se la contó un buen amigo. Yo no soy amigo de Ferrer pero le aconsejo que lea un poco de historia, que se instruya y se sensibilice. Saramago relata que: “a los combatientes de un lado les dieron el nombre de rojos, mientras que los del otro lado, por las bondades que de ellos oía contar, debían tener un color así como el del cielo cuando hace buen tiempo. Al dictador de mi país le gustaba tanto ese ejército azul que dio orden a los periódicos para que publicaran las noticias de modo que hicieran creer a los ingenuos que los combates siempre terminaban con victorias de sus amigos.”
Por un momento me sedujo el título de la columna “El PPD y el español de fusil” porque pensé que era cierto tipo de afirmación del vernáculo. Me equivoque. Ferrer usa la historia para distanciarse de las políticas de a-dios-rogando-y-con-el-mazo-dando recomendadas por algunos. Sin embargo, no deja de ser escandaloso el ejemplo usado. Es cierto que el PPD está pasando por uno de los peores momentos de su historia y eso se debe a que se le acabó la gasolina al populismo de Muñoz, o tal vez no. Tal vez fue que el PNP empezó a hablar una lengua afín – en dos idiomas al mismo tiempo. Por lo que sea, hubiese sido mejor una anécdota de Washington o alguno de esos cocorotes de los USA antes que alabar al “generalísimo”.
Según Ferrer, la historia se la contó un buen amigo. Yo no soy amigo de Ferrer pero le aconsejo que lea un poco de historia, que se instruya y se sensibilice. Saramago relata que: “a los combatientes de un lado les dieron el nombre de rojos, mientras que los del otro lado, por las bondades que de ellos oía contar, debían tener un color así como el del cielo cuando hace buen tiempo. Al dictador de mi país le gustaba tanto ese ejército azul que dio orden a los periódicos para que publicaran las noticias de modo que hicieran creer a los ingenuos que los combates siempre terminaban con victorias de sus amigos.”