martes, 16 de marzo de 2010

Carta Astral

La astrología, en el caso de Borinquen bella, resulta más certera que cualquier otra ciencia social o natural a la hora de explicar cualquiera de los múltiples fenómenos tropicales que a diario se forman y deforman en todo el territorio nacional.

Nuestra Carta Astral no se equivoca, pero se complica. Sucede que por décadas concilios astrológicos funcionaban de manera itinerante en otoño y primavera con el propósito único de recrear una Carta Astral para cada uno de los pueblos del mundo.

Eventualmente, cerca ya del vigésimo concilio, calcularon el planeta que mayor influencia tenía sobre Puerto Rico y explicaron con enorme rigor científico que la ubicación tan cercana al Ecuador nos ponía cada ocho años en contacto bastante directo con nuestro planeta y que el 25 de julio de cada año era el día de mayor afinidad entre nuestro país y nuestro planeta rector.

Plutón, dijeron los glosadores del universo como quien grita enhorabuena.

Plutón - repitieron años más tarde algunos infelices con batas blancas – ya no es un planeta.

Colorín colorado, este cuento se ha terminado.

La moraleja de la historia es que no aprendemos la moraleja de la Historia y cada día que Fortuño es gobernador se parece más a los días en que Rosselló era gobernador. O sea, si las cosas siguen como las llevamos, si seguimos esperando por un favor del Cosmos, tendremos que irremediablemente comulgar con el Gobernador Sol (Luis II) por un ciclo plutónico entero. Para algunos parece que eso es más fácil que pensar un país, al menos uno...con los pies en la tierra.

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