Afuera había gente que no nos quería adentro. Eran militares y andaban uniformados y marchaban y hacían y reproducían la guerra. A lo largo de seis largos meses vivimos allí. A lo largo de seis largos meses, nos mojamos en los aun más largos aguaceros mayagüezanos. Compartimos, aprendimos, discutimos entre nosotros, nos conocimos y nos volvimos compañeros y compañeras. Defendimos aquella trinchera y ganamos una batalla.
Seis cortos años después me encuentro reflexionando sobre el asunto y me da trabajo escribir algo del Campamento. Definitivamente fue una Escuela y nosotros fuimos buenos Estudiantes.
Al FUDE, a los Profesores y Profesoras con el FUDE y todos los que estuvieron antes, durante y después, ¡Salud!
Seis (brevísimos) años después, seguimos estando cerca.
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