lunes, 19 de octubre de 2009

Ladridos

Don Quijote en algún momento le dijo a Sancho que si los perros ladran es porque van avanzando. Hoy ladra Rodríguez Ema, ladra Fortuño y ladra Figueroa Sancha. Saben que vamos marchando y que vamos con buen paso. Se preocupan porque saben que somos buenos.

Ladran porque saben que Jefferson dijo que: “los gobiernos derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.”

Ladran por miedo a los mandamientos de Betances que nos aseguran: libertad de palabra, libertad de imprenta, derecho de reunión, derecho a poseer armas, la inviolabilidad del ciudadano y el derecho de elegir nuestras autoridades.

Ladran porque como estudiantes no nos amilanamos, no nos conformamos y luchamos. No vamos a ser testigos de tiempos como estos y nos decidimos a participar. Desde las cortes y el cabildeo hasta el calor del asfalto y la asfixia del miedo que provocan los enfrentamientos con la policía, con el mollero azul del estado neoliberal.

Criminalizarnos no es una opción. Si en algún momento alguien azotó la vitrina donde se exhibe la constitución fue para hacerla despertar. Hoy son jueces y juezas, quienes, pendientes de sus puestos, hacen de ese documento letra muerta. Son las cortes politizadas quienes no respetan, quienes no entienden, que esos derechos no son dados sino que son reservados. El poder reside en el pueblo y lo retomaremos.

Como fupista le digo a Figueroa Sancha que los universitarios le vamos a dar candela. Que vamos a responder no solo con protestas sino que nuestras propuestas marcarán el paradigma de nación a la que aspiramos. Que este país es nuestro y lo vamos a defender. Que nos toca pormenorizar nuestro futuro y sus agentes con músculos anabólicos no lo van a impedir. Como tampoco lo impedirán las amenazas, ni el Nuevo Día y sus fotos de propaganda. Al final de la jornada, se impondrán la razón y las necesidades de un pueblo en pie de lucha. Sepan que estamos convencidos que el presente es de lucha, porque el futuro será nuestro.

¡A estudiar y a luchar!

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