Con eme se escriben las fechorías de las mayorías y las historias de las minorías. Con eme se cuentan los más y se desprecian los menos. Con eme se posa ante las cámaras haciendo morisquetas, y con mucha eme se evitan las monerías, aunque muy por dentro y con muchas emes más queremos quedar bien monos.
También con eme se entierran los muertos y los movimientos y los matrimonios y todo aquello que de tanto darle vueltas termine por marearnos.
Con eme de manos, manoseamos las ideas, maltratamos los cuadernos y minimizamos los días de sol. Marx se escribe con eme, al igual que materialismo, mierda, miércoles, maratón, momentos, miradas y masacres. Con eme es que empiezan los mítines, los matinés y los motines.
Los manuscritos y los mamotretos están colmados de emes, al igual que las memorias y las mariposas que pululan sin rumbo buscando donde posarse. Y es que a las mariposas les gusta ser vistas, desplegando todos sus colores, sólo para volver a levantar un vuelo errático, sin destino, impreciso.
Y con eme se sostiene la verdad y la eme del sartén la quieren todos en sus manos, aunque sea para calentar unas cuantas migajas. Sus migajas.
¡Santas marejadas, monumentos y mimes! me encanta. :)
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