Instrucciones

El neoliberalismo en su soberbia atenta contra cualquier conato de democracia. Las razones entonces comienzan a ser superficiales. Los estereotipos florecen y las macanas se yerguen contra el sol y dan más sombra que la torre de la Universidad. Entonces esperamos el motín. Las partes están, estudiantes por un lado, policías por el otro. La receta perfecta. Añada piedras, palos, cadenas y escudos a gusto. Si no los hay, imagíneselos y apunte con su dedo a cualquiera con barba y pelo largo.

Haga un espectáculo tan pronto sea posible, siga señalando con el dedo y ridiculice. Perfecto. Ahora intente manipular a la juventud educada del país. Cuidado con las asambleas. Siga intentando, que cuando las cosas salgan mal siempre hay molleros con sobredosis de esteroides envueltos en mantos azul añil.

Luego, niegue cuanto se reclama. Acto seguido siga negando aunque el reclamo sea justo. Espere el motín, con calma, con un poco más de calma. Eso son estudiantes, unos pocos, con agendas escondidas. Bien, espere un chin más. Cambie la guardia cada media hora y mantengan esas quijadas apuntando al norte y las miradas escondidas tras negros lentes.

Coquetea con los tribunales que hay algunos partidarios con toga. Pendiente, sin embargo, que no pierdas el caso. Si se pierde: mal interpreta la decisión, desinforma, defórmala, hazla pedacitos y usa lo que te conviene. Minimiza los reclamos estudiantiles aunque te ganen el caso dos veces.

Si lo anterior no funciona: cierre la universidad, cérquela con policías que es un peligro que esté llena de estudiantes. Saque los estudiantes, preserve la planta física para cuando comiencen las clases. Momento. ¿Qué clases? Ya no hay estudiantes. Son delincuentes. Separatistas, socialistas, soñadores.

¿Todavía no termina? Quítales la comida y el agua. Que pasen hambre y sed y que los piquen los mosquitos. La policía está pendiente, pendiente, pendiente. El motín, como Cristo, viene pronto.

Si no puede identificar el motín: cuidado, mucho cuidado. Puede que la revuelta sea ideológica y la acción esté sucediendo en la mente de los estudiantes. Mantenga la guardia en alto y sigamos haciéndole la vida imposible, a ellos y a quienes conspiran para alimentarlos.