sábado, 25 de abril de 2009

Cuba



¿Quién dijo que no estamos listos para afrontar las posibles consecuencias del fin del bloqueo a Cuba? Nuestro gobierno ya se puso las pilas y aprobó legislación para cualquier contingencia. Contamos con la ley del Instituto Puertorriqueño para la Asistencia Mutua con Cuba Democrática, 1 LPRA § 704 (2009). Según la ley: “el Instituto será un cuerpo consultivo y poseerá la facultad para observar, evaluar y presentar recomendaciones sobre el cumplimiento por parte de las dependencias gubernamentales con la política pública establecida en este capitulo, así como asesorar respecto a su revisión y actualización, a tenor con los retos y las oportunidades que representara para Puerto Rico la apertura de Cuba.”

La composición del ilustre Instituto es una obra de arte. Además de varios representantes del ejecutivo y la legislatura, el instituto contará con representantes del sector privado que incluye a los industriales, los hoteles, los navieros y las líneas aéreas, los agricultores y las industrias de comunicación. Por último, no se puede prescindir de un cuarto sector, la representación de las organizaciones de cubanos residentes en Puerto Rico. “En representación del exilio cubano en Puerto Rico, servirán en el Instituto ocho (8) miembros nombrados por el Comité Gestor del Instituto Puertorriqueño para la Asistencia Mutua con Cuba Democrática, que fue seleccionado por representantes del exilio cubano en Puerto Rico.

Como si esto fuera poco, “El Instituto contará con un centro de información cuya función será recopilar la documentación que reúna el Instituto. Por ello, el Centro de Información para la Libertad de Cuba recogerá la información social, política y económica de Cuba, ayudando así al Instituto a realizar su labor y sus estudios de forma eficiente y certera. El Centro remitirá toda la información recopilada y resumida al Instituto para su análisis y estudio pertinente.

El Centro será la unidad de investigación y acopio de información sobre la sucesión de eventos y las oportunidades de negocios para las empresas de Puerto Rico en el mercado cubano, cuando Cuba reabra al mundo de naciones libres y democráticas.”

Señores y señoras, aunque está ley parezca uno de los trillizos de Fortuño, lo cierto es que es producto del contubernio entre Aníbal Acevedo y la infame comunidad de cubanos activistas. A los melones les puede ser útil esta información en el futuro.


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