jueves, 30 de abril de 2009

Fortuño

Anoche hablo Fortuño y dijo lo que todos sabíamos que iba a decir. Las propuestas del gobernador ultraconservador no son más que aplicaciones criollas de las políticas neoliberales que se propagaron como fiebre económica por todo el continente terminada la guerra fría.

Reproduzco aquí algunas palabras del Subcomandante Marcos tomadas de un ensayo llamado 7 Piezas Sueltas del Rompecabezas Mundial, disponible aquí. Fueron escritas en 1997. Hoy puede que sean más relevantes que entonces. Veamos:

El rey supremo del capital, el financiero, empezó entonces a desarrollar su estrategia guerrera sobre el nuevo mundo y sobre lo que quedaba en pie del viejo. De la mano de la revolución tecnológica que ponía al mundo entero, por medio de una computadora, en sus escritorios y a su arbitrio, los mercados financieros impusieron sus leyes y preceptos a todo el planeta. La "mundialización" de la nueva guerra no es más que la mundialización de las lógicas de los mercados financieros. De rectores de la economía, los Estados Nacionales (y sus gobernantes) pasaron a ser regidos, más bien teledirigidos, por el fundamento del poder financiero: el libre cambio comercial. Y no sólo eso, la lógica del mercado aprovechó la "porosidad" que, en todo el espectro social del mundo, provocó el desarrollo de las telecomunicaciones, y penetró y se apropió todos los aspectos de la actividad social. ¡Por fin una guerra mundial totalmente total!

Una de las primeras bajas de esta nueva guerra es el mercado nacional. Como una bala disparada dentro de un cuarto blindado, la guerra iniciada por el neoliberalismo rebota de uno a otro lado y hiere a quien la disparó. Una de las bases fundamentales del poder del Estado capitalista moderno, el mercado nacional, es liquidado por el cañonazo de la nueva era de la economía financiera global. El capitalismo internacional cobra algunas de sus víctimas caducando los capitalismos nacionales y adelgazando, hasta la inanición, los poderes públicos. El golpe ha sido tan brutal y definitivo que los Estados nacionales no disponen de la fuerza necesaria para oponerse a la acción de los mercados internacionales que transgrede los intereses de ciudadanos y gobiernos.

El cuidado y ordenado escaparate que se suponía heredaba el fin de la "Guerra Fría", el "nuevo orden mundial", pronto se ve hecho añicos por la explosión neoliberal. El capitalismo mundial sacrifica sin misericordia alguna a quien le dio futuro y proyecto histórico: el capitalismo nacional. Empresas y Estados se derrumban en minutos, pero no por las tormentas de las revoluciones proletarias, sino por los embates de los huracanes financieros. El hijo (el neoliberalismo) devora al padre (el capitalismo nacional), y de paso destruye todas las falacias discursivas de la ideología capitalista: en el nuevo orden mundial no hay ni democracia, ni libertad, ni igualdad, ni fraternidad.

En el escenario mundial producto del fin de la "Guerra Fría" sólo se percibe un nuevo campo de batalla y en éste, como en todo campo de batalla, reina el caos.


2 comentarios:

  1. Chamaco, estoy pegao con tu blog. Me gusta mucho, asi que dile a los profes que te den break para que puedas seguir escribiendo.

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  2. Amigo bloguero:

    Me pregunto dónde es que existe el capitalismo que usted denuncia. Usted parece estar bajo la impresión de que el sistema financiero mundial opera de acuerdo a los principios del capitalismo. En realidad, lo contrario es cierto.

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