domingo, 8 de noviembre de 2009

ROTC

Santini va nuevamente al punto. Esta vez quiere que hablemos de la guerra, de los que viven y mueren, de los que se van y no vienen. Santini quiere que nos militaricemos, desde las escuelas hasta las universidades. Todo joven un miliciano o miliciana, todo un sistema estructurado bajo las órdenes siempre correctas de un general de 51 estrellas.

Para él no puede ser mejor. Me lo imagino soñando como organiza un golpe de estado y como encabezaría una junta militar. Luego para celebrar sus triunfos nos pondrá a marchar a las juventudes por toda la avenida central, haciendo alarde de la fuerza bélica de la más pequeña de las antillas mayores. Me lo imagino imaginándose una guerra con la República Dominicana, por eso de que las bombas no se pongan viejas, o soñado con invadir una de esas pequeñas islitas del caribe por las que sólo pasan huracanes.

La verdad es que la disciplina del ejército hace falta en salones y aulas a lo largo y ancho del archipiélago. Ahora no se pregunta, no se cuestiona la autoridad. Ahora tenemos mollero para luchar contra el narcotráfico y contra los pobres. Desde el lunes todos tenemos que llegar con el coco pelao a la universidad y reportarnos ante nuestros infalibles superiores, recibiremos las órdenes y las acataremos. Desde el lunes, no hay que darle más vueltas al asunto, todos iremos al punto. Y punto.


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